Escrito por GreekBoston.com en la Mitología griega
La mitología griega contaba historias de muchos seres de increíble poder. Desde semidioses hasta deidades del Monte Olimpo, la antigua tradición religiosa griega introdujo al mundo a muchos individuos de origen sobrenatural. Algunas de las deidades más importantes en los mitos griegos eran los dioses primordiales, que abarcaban gran parte de los elementos del mundo natural.
De las deidades primordiales, el Éter es considerado como uno de los dioses más importantes y poderosos, ya que su reino abarcaba el cielo. En este artículo, examinaremos el Éter y su importancia en la mitología griega, con especial énfasis en sus orígenes, su papel en el panteón griego y cómo ayudó a la gente normal en el reino mortal.
Orígenes del Éter
Como dios primordial, el Éter era mucho más antiguo que Zeus, Poseidón y los otros dioses principales que residían en el Monte Olimpo. Según la Teogonía de Hesíodo, Aether nació de Erebus, la personificación de la oscuridad, y Nyx, la diosa de la noche. Como ser primordial, el Éter no tenía forma humana. Más bien, los antiguos griegos veían el cielo como Éter.
Éter y el Panteón griego
Debido a su condición de deidad primordial, Éter era un dios de gran renombre en el panteón griego. Éter estaba casado con su hermana Hemera, la diosa de la luz. El acoplamiento de Éter y Hemera dio lugar a varias de las deidades más poderosas de la mitología griega, incluyendo Gaia, Talassa, Tártaro, Ponto, Aergia y Urano. De todos sus hijos, Gaia y Thalassa fueron las figuras mitológicas más importantes. Gaia se hizo conocida como la madre de la tierra y Thalassa la diosa primordial de los océanos.
Como el dios del cielo, el Éter era también el dios del aire superior. En la tradición griega, había tres tipos de aire. El aire más pobre era respirado en el inframundo por criaturas asquerosas. Un segundo tipo de aire fue respirado por los mortales en la tierra de los vivos. El tercer y más puro tipo de aire fue respirado por los dioses. Era el aire más puro el que estaba controlado por el Éter.
Éter y Mortales
Aunque había varios santuarios para Éter, el dios primordial no tenía templo y ningún mortal lo adoraba. Sin embargo, el Éter y la Hemera eran considerados como deidades benevolentes y protectoras en la tradición religiosa griega. Junto con Hemera, el Éter producía la luz cada día para los mortales. Esto les permitió sentir el sol en sus rostros y tomar el sol en presencia de los dioses y diosas olímpicos.
El éter fue considerado además como el protector de la humanidad contra el Tártaro y el Hades. Desde que Hades gobernó sobre la oscuridad, al traer la luz, el Éter permitió a los hombres y mujeres mortales vivir sin temor al inframundo y a las criaturas malvadas que llamaban al Tártaro su hogar. Aunque se asocia principalmente con el cielo durante el día, el Éter también controlaba los cuerpos celestes que ocupaban el cielo durante la noche, como la luna y las estrellas.
Al final, al entender el Éter, uno puede entender mejor la mitología griega. Como deidad primordial, el Éter era de inmenso poder, y su dominio se extendía por todo el mundo. Al comprender este hecho, uno puede entender más de cerca la cosmología del mundo griego.
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