Agustín de Iturbide

Agustín de Iturbide, también llamado (1822-23) Agustín I, (nacido el 27 de septiembre de 1783 en Valladolid, Virreinato de la Nueva España —fallecido el 19 de julio de 1824 en Padilla, México), caudillo mexicano (jefe militar) que se convirtió en el líder de las facciones conservadoras en el movimiento independentista mexicano y, como Agustín I, brevemente emperador México.

Como muchos jóvenes de las clases altas de la América española, Iturbide entró en el ejército realista, convirtiéndose en oficial en el regimiento provincial de su ciudad natal en 1797. En 1810 Miguel Hidalgo y Costilla le ofreció un puesto con su ejército revolucionario, pero Iturbide se negó y se comprometió a la causa española. Su defensa de Valladolid contra las fuerzas revolucionarias de José María Morelos asestó un golpe aplastante a los insurgentes, y para esta victoria Iturbide recibió el mando del distrito militar de Guanajuato y Michoacán. En 1816, sin embargo, graves cargos de extorsión y violencia causaron su destitución.

En 1820 el movimiento de independencia radical se extinguió casi por completo. Tanto Hidalgo como Morelos habían sido capturados y ejecutados; solo las bandas guerrilleras (bajo el mando del general Vicente Guerrero) impidieron la victoria completa de los realistas. El movimiento independentista mexicano dio un giro curioso. En reacción a un golpe de Estado liberal en España, los conservadores en México (anteriormente realistas acérrimos) abogaron por la independencia inmediata. Iturbide asumió el mando del ejército y, en Iguala, alió a su fuerza reaccionaria con los insurgentes radicales de Guerrero. El Plan de Iguala de Iturbide, publicado el 24 de febrero de 1821, proclamaba tres garantías: (1) independencia inmediata de España, (2) igualdad para españoles y criollos, y (3) la supremacía del Catolicismo romano y la prohibición de todas las demás religiones. El Ejército de las Tres Garantías sometió rápidamente al país; el 24 de agosto de 1821, Juan O’Donojú, el nuevo representante del rey español, firmó el Tratado de Córdoba, reconociendo la independencia de México.

La coalición revolucionaria se desmoronó rápidamente cuando Iturbide eliminó a Guerrero y a sus seguidores insurgentes de su influencia. El 19 de mayo de 1822, Iturbide colocó la corona sobre su propia cabeza y se convirtió en Agustín I, emperador de México. Un gobernante arbitrario y extravagante, demostró ser incapaz de traer orden y estabilidad a su país, y todas las partes pronto se volvieron en su contra. La oposición se solidificó detrás de Antonio López de Santa Anna, cuyo propio plan exigía el derrocamiento y el exilio de Iturbide. El 19 de marzo de 1823, Iturbide abdicó y se fue primero a Italia y luego a Inglaterra. En 1824, sin embargo, regresó a México, sin saber que el congreso había decretado su muerte. Capturado el 15 de julio, fue ejecutado cuatro días después. Aunque considerado por la mayoría de los eruditos como un aventurero militar egoísta, ha permanecido para la iglesia católica romana y para las clases conservadoras como el gran héroe de la independencia mexicana.

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