RESUMEN
La diabetes es un problema de salud importante y costoso en todo el mundo, con alta morbilidad, discapacidad, mortalidad y deterioro de la calidad de vida. La gran mayoría de las personas que viven con diabetes tienen diabetes tipo 2. Históricamente, la principal estrategia para reducir las complicaciones de la diabetes tipo 2 ha sido el control glucémico intensivo. Sin embargo, los datos probatorios no muestran ningún beneficio significativo del control glucémico intensivo (en comparación con el control glucémico moderado) para los desenlaces microvasculares y macrovasculares importantes para los pacientes, con la excepción de las tasas reducidas de infarto de miocardio no mortal. Sin embargo, el control glucémico intensivo aumenta el riesgo de hipoglucemia grave e incurre en una carga adicional a través de la polifarmacia, los efectos secundarios y el costo. Además, los datos de los ensayos de resultados cardiovasculares mostraron que los resultados cardiovasculares, renales y de mortalidad pueden mejorarse con el uso de clases específicas de medicamentos reductores de glucosa, en gran medida independientemente de sus efectos glucémicos. Por lo tanto, brindar atención centrada en el paciente y basada en la evidencia a las personas con diabetes tipo 2 requiere un cambio de paradigma y una desviación de la visión predominantemente glucocéntrica del manejo de la diabetes. En lugar de priorizar el control glucémico intensivo, el enfoque debe centrarse en garantizar el acceso a la atención adecuada de la diabetes, alinear los objetivos glucémicos con los objetivos y las situaciones de los pacientes, minimizar las complicaciones a corto y largo plazo, reducir la carga del tratamiento y mejorar la calidad de vida.