Tipos de celibato
El celibato se practica en una variedad de contextos diferentes. Un tipo de celibato es el sacerdotal, el celibato de sacerdotes y sacerdotisas. Un sacerdote puede definirse como aquel que, como mediador, realiza la función sagrada de comunicar a través de ritos las necesidades de la gente al cielo y el poder y la presencia sagrados del cielo a la congregación. Su función es objetiva. Su eficacia está asegurada si el sacerdote lleva a cabo el rito apropiado y tiene las calificaciones adecuadas de ordenación y, tal vez, de pureza ritual, independientemente de si es particularmente moral o ferviente. El celibato sirve como una marca objetiva de estado especial y pureza ritual. El celibato probablemente se deriva de tabúes que consideraban el poder sexual como un rival del poder religioso, y la sexualidad del sexo opuesto como un factor contaminante, especialmente en situaciones sagradas o de crisis.
Otro tipo de celibato es el asociado con el monacato. El propósito principal del celibato del monje es el avance moral y espiritual, no la pureza ritual requerida para los ritos sacerdotales. Con este fin, el celibato ayuda al monje a alcanzar la libertad interior y le brinda la oportunidad de ascetismo y meditación. Estas experiencias, posiblemente junto con la «nueva familia» de la comunidad religiosa, contribuyen a una sensación de separación de lo ordinario que facilita el crecimiento espiritual del monje. Los tipos de monacato incluyen al solitario, el ermitaño en el bosque o en el desierto, el anacoreta que vive aislado en una iglesia o monasterio, el cenobita que vive una vida monástica estabilizada en comunidad, y el asceta mendicante que deambula de un lugar a otro recogiendo limosnas. En cualquier caso, el estado célibe es visto como una parte inseparable de la forma de vida del monje.
El celibato institucional para las mujeres también se concibe típicamente como una ayuda para el progreso espiritual. La virginidad y el celibato se consideran activos en el logro de objetivos espirituales. La mayoría de las célibes institucionales son monjas en claustros residenciales, aunque ha habido figuras solitarias ocasionales, como la dama de Norwich Juliana (nacida en 1342).
El celibato religioso individual no institucional y no sagrado puede ser practicado por el laico o el clérigo ocasional en una fe que no requiere celibato y que hace un voto de permanecer soltero por devoción o para permitir la realización de algún servicio religioso especial.