Concilio de Calcedonia, cuarto concilio ecuménico de la iglesia cristiana, celebrado en Calcedonia (actual Kadiköy, Turquía) en 451. Convocado por el emperador marciano, contó con la asistencia de unos 520 obispos o sus representantes y fue el mayor y mejor documentado de los primeros concilios. Aprobó el credo de Nicea (325), el credo de Constantinopla (381; posteriormente conocido como el Credo Niceno), dos letras de San Pedro. Cirilo de Alejandría contra Nestorio, que insistía en la unidad de las personas divinas y humanas en Cristo, y el Tomo del Papa León I confirmando dos naturalezas distintas en Cristo y rechazando la doctrina monofisita de que Cristo tenía una sola naturaleza. El concilio explicó entonces estas doctrinas en su propia confesión de fe.
Además de reforzar los cánones de los concilios eclesiásticos anteriores, así como las declaraciones de algunos sínodos locales, el concilio emitió decretos disciplinarios que afectaban a monjes y clérigos y declaró patriarcados de Jerusalén y Constantinopla. El efecto general fue dar a la iglesia un carácter institucional más estable.