La Conferencia Panamericana de 1889, también conocida como la Primera Conferencia Internacional de los Estados Americanos, estableció las Américas (Norte, Centro y Sur) como una filiación suelta de naciones. El secretario de Estado de los Estados Unidos, James Blaine, desarrolló la idea de la conferencia, que esperaba que estableciera nuevos lazos diplomáticos entre las diferentes naciones de las Américas. En última instancia, la conferencia demostró ser un éxito que ha continuado y se ha desarrollado durante más de 100 años.
Establecimiento de una Tradición
Uno de los efectos duraderos de la Primera Conferencia Internacional de los Estados Americanos fue el establecimiento de una tradición que se ha mantenido durante más de 100 años. Aunque el nombre ha cambiado (de la Primera Conferencia Internacional a la Conferencia Panamericana y a la Cumbre de las Américas), el propósito de la conferencia ha seguido siendo el mismo: que los delegados de las diferentes naciones de las Américas se reúnan y discutan temas relevantes para la gobernanza y la cooperación de esas naciones.
Floreciente Alianza Americana
Un segundo efecto duradero de esta conferencia fue el establecimiento de una afiliación flexible entre las naciones dentro de las Américas. Aunque las naciones individuales de América del Norte, Central y del Sur permanecieron soberanas, comenzaron a considerarse geopolíticamente unidas, al igual que algunas naciones de Europa, África o Asia. El teórico político José Martí señaló que » cuando llegaron sospechaban el uno del otro, y ahora regresan juntos como si entendieran que esta forma de proceder será mejor para ellos.»Es decir, los delegados de diferentes naciones entendieron que cooperar con sus vecinos resultaría ser mutuamente beneficioso.
Destrucción de la Conquista
Debido a que la Primera Conferencia Internacional ocurrió menos de 10 años después de la Guerra del Pacífico entre Perú, Bolivia y Chile, uno de los temas candentes en discusión fue si las guerras entre países americanos debían o no resultar en la conquista. Es decir, si un país estadounidense luchara y ganara una guerra contra otro país estadounidense, ¿se le permitiría al país ganador tomar el control de los activos del país perdedor? Citando la conquista de los Estados Unidos de los territorios mexicanos, incluyendo Texas, Arizona y Nuevo México, los delegados de la conferencia acordaron que no habría derechos asociados con ganar una guerra, destruyendo así el derecho de conquista entre las naciones estadounidenses.
Introducción del arbitraje
Otro tema controvertido fue la idea del arbitraje como medio para resolver disputas entre naciones americanas. Inicialmente, Blaine, el organizador de la conferencia, sugirió que el arbitraje fuera supervisado por los Estados Unidos en Washington, D. C. Otros delegados vieron esto como un intento encubierto de los Estados Unidos de mantener el poder de facto sobre sus vecinos estadounidenses. Los delegados de Argentina y Brasil ofrecieron una contrapropuesta para permitir a las naciones decidir sobre sus propios términos de arbitraje. Esta contrapropuesta finalmente se mantuvo sobre la propuesta de Estados Unidos.