Conocida científicamente como Capromys pilorides pilorides, es una especie de mamífero roedor perteneciente a la fauna endémica de Cuba. Mide entre 20 a 60cm de longitud y gracias a su espesa cola puede colgarse en los árboles, en dónde pasan mayor parte de su tiempo.
La jutía es conocida desde la época precolombina. Formaba parte de la dieta de los aborígenes cubanos, los cuales la consumían asada y en guisos. Como parte de la cultura y las tradiciones afrocubanas, en la religión Yoruba, la jutía se utiliza ahumada y es ofrendada especialmente a los Santos Guerreros. Es considerada uno de los alimentos favoritos de la deidad africana.
Debido a sus características organolépticas, su sabor y su textura, los pobladores camagüeyanos tenían preferencia y una tradición más arraigada a el consumo de la carne de la jutía.
Este roedor, una vez desollado y troceado, se marina con hierbas aromáticas y vino. Sin embargo, cada región tiene su forma específica de elaboración tradicional. Antiguamente, era el plato con mayor predilección en las reuniones familiares dominicales, en donde se preparaba asada en cazuela y acompañada de viandas hervidas o fritas y arroz.
La jutía conga se localiza en diferentes regiones del archipiélago cubano, generalmente de forma salvaje. Pero, desafortunadamente, hoy es escasa. En ciertas regiones de Cuba se localizaban gran variedad de esta especie. Razón por la cual los habitantes las cazaban indiscriminadamente para el consumo familiar y para la comercialización, lo que hizo que esta raza comenzara a extinguirse, estando hoy amenazada debido a la caza furtiva y a la poca reproducción. Como medida, se ha prohibido temporalmente la caza para preservar la raza y la arraigada tradición cubana y se recomienda evitar su consumo temporalmente para ayudar a la supervivencia de esta especie. Existe una zona controlada de esta especie para su reproducción e incremento, en la finca La China.