Antes de descubrir qué significa el término adverbio, es vital que procedamos a determinar su origen etimológico. Al hacerlo descubrimos que se trata de una palabra que emana del latín, en concreto, del vocablo «adverbium», que se encuentra conformado por dos partes: el prefijo «ad-«, que puede traducirse como «junto o hacia», y el sustantivo «verbum», que es equivalente a «palabra».
La clase de palabra invariable que actúa como núcleo del sintagma adverbial o como complemento circunstancial del verbo se conoce como adverbio. Estas palabras modifican a los adjetivos, los verbos o a otros adverbios.
Si tuviéramos que clasificar a los adverbios, podríamos hacerlo a través de cuatro características fundamentales:
•Adverbios en base al significado o a las relaciones que establecen dentro de cualquier oración: argumentales, circunstanciales, atributos…
•Adverbios en base a su estructura de tipo morfológico. En esta categoría existen dos grandes grupos: los simples y los derivados.
•Adverbios en base a su significado. En este apartado podríamos incluir tanto a los de tiempo como a los de cantidad o a los de lugar, entre otros.
•Adverbios en base a su naturaleza gramatical, que serían de dos tipos: gramaticales o léxicos.
Existen diversos tipos de adverbios que agregan información circunstancial a una palabra o a una oración completa. «Adelante», «allí», «cerca», «difícilmente» y «rápidamente» son algunos adverbios de distinta clase.
Por ejemplo: «El regalo de Juani está escondido detrás del mueble», «Aquí hace mucho calor», «Tengo ganas de ir a comprar facturas, pero la panadería está muy lejos», «No te preocupes, es un problema que se resuelve fácilmente», «El anciano caminó lentamente hacia el sillón y se dejó caer».
Los adverbios de lugar añaden información sobre el espacio: «Allá está el paquete que te dejaron», «No me duele ahí, me molesta más abajo», «El hombre se arrojó encima del ladrón para impedir su huida».
Los adverbios de tiempo, en cambio, aportan información temporal: «Ayer comimos carne al horno con papas», «Ahora estoy ocupado, después voy», «Me parece que llegamos temprano».
Los adverbios de grado o cantidad, por su parte, refieren a una cuantificación: «Costó bastante menos de lo que suponíamos», «No tengo mucho dinero», «Facundo es poco conversador», «El tanque está completamente sucio».
Otros tipos de adverbios son los adverbios de modo («Jugó estupendamente y consiguió la clasificación a los cuartos de final», «Camina despacio, por favor»), los adverbios de afirmación («Efectivamente, mi nombre es Ricardo», «Lo que dices es cierto»), los adverbios de negación («Jamás haré algo semejante», «Tampoco estoy de acuerdo») y los adverbios de duda («¿Acaso has bebido?», «Probablemente sea el mejor jugador de la historia»).
De la misma manera, tampoco hay que olvidarse del conocido como adverbio comparativo. Como su propio nombre indica, es aquel que se emplea para mostrar comparación entre dos personas, objetos o situaciones. Una frase que puede ejercer como ejemplo de aquel es el siguiente: «Manuel bailaba peor que su primo Juan».
Asimismo, también hay que reconocer la existencia de lo que se da en llamar adverbio demostrativo. En su caso, a este podríamos definirlo como el que, a nivel general, se usa para determinar o identificar un tiempo, un lugar o un modo. Entre los ejemplos más significativos de aquel se encuentran «así», «allí», «aquí»…