La criptosporidiosis es una infección oportunista, que causa diarrea en pacientes trasplantados renales. Sin un tratamiento adecuado, puede producir un trastorno grave de electrolitos y agua.
Presentamos un caso clínico de un varón de 57 años con ERC secundaria a nefropatía por IgA. Había estado en hemodiálisis regular durante 17 meses. Recibió un trasplante renal cadavérico sin complicaciones postoperatorias y mantuvo los niveles de creatinina sérica en el 2.rango de 9-3, 5 mg / dl. El tratamiento para la inmunosupresión incluyó: prednisona (5 mg / 24 h), inhibidores de calcineurina y micofenolato mofetilo.
Once meses después, el paciente ingresa en el hospital debido a diarrea acuosa (8-10 veces al día) de 12-15 días de duración, malestar abdominal difuso y pérdida de peso.
El examen físico muestra abdomen sin dolor durante la palpación y aumento del peristaltismo. La bioquímica sanguínea reveló un empeoramiento de la función renal junto con acidemia debida a acidosis metabólica y un bajo valor de proteína total (3.7 mg / dl) que indica desnutrición.
El cultivo de heces para bacterias fue negativo; la toxina de Clostridium difficile también fue negativa; los antígenos de CMV, rotavirus y adenovirus fueron negativos. Finalmente, un examen de parásitos fecales revela la presencia de criptosporidio. Paromomicina 700 mg tres veces al día se inició y se mantuvo durante 2 semanas. El paciente mejoró clínicamente. La diarrea desapareció y la función renal volvió a la línea basal.
La criptosporidiosis es una infección oportunista producida por el parásito Cryptosporidium, un patógeno intracelular con más de 35 especies. La mayoría de las infecciones en los humanos1 son producidas por los subtipos C. parvum y C. hominis.
La prevalencia de esta enfermedad en Europa es de 1-2%, en América del Norte es de 0,6–5% y es tan alta como 20% en Asia, África y América del Sur.2
El primer caso de esta infección se publicó en 1972, y 7 años después Wiesburger3 presentó el primer paciente trasplantado con Criptosporidiosis. Actualmente es un caso raro de diarrea en pacientes con trasplante renal.
Como se observó en nuestro paciente, el síntoma principal es la diarrea que si se vuelve persistente puede causar malabsorción con desnutrición.4
Para hacer el diagnóstico es necesario demostrar la presencia del parásito en tejidos o fluidos, el método más común es la tinción de Ziehl–Neelsen.2,4,5 Otros abordajes, como la colonoscopia, tienen menor eficacia, aunque a veces ayudan a llegar al diagnóstico.5
En cuanto al tratamiento, la primera opción es la Paromomicina o la Espiramicina. En nuestro caso demostró ser eficaz con la desaparición de los síntomas y la normalización de la bioquímica. También se ha demostrado que la nitazoxanida erradica el parásito durante 5-21 días.6
En conclusión, la criptosporidiosis es rara en pacientes trasplantados, pero dado el estado de inmunosupresión, estos pacientes corren el riesgo de padecer este tipo de infecciones.5 Por lo tanto, la criptosporidiosis debe incluirse en el diagnóstico diferencial de diarrea principalmente si está asociada a signos clínicos y bioquímicos de desnutrición.