Esta es la descomposición de rocas debido a reacciones químicas que ocurren entre los minerales de las rocas y el medio ambiente. Los siguientes ejemplos ilustran la intemperie química.
Agua
El agua, y muchos compuestos químicos que se encuentran en el agua, es el principal agente de la intemperie química. El feldespato, uno de los minerales formadores de roca más abundantes, reacciona químicamente con el agua y los compuestos solubles en agua para formar arcilla.
Ácidos
© Stuart Jennings, Estado de Montana
El agua contiene muchos ácidos débiles, como el ácido carbónico. Este ácido débil, pero abundante, se forma cuando el gas dióxido de carbono de la atmósfera se mezcla con el agua de lluvia. Los gases de dióxido de azufre y nitrógeno crean otros tipos de lluvia ácida que actúan como agentes químicos de la intemperie. Algunas fuentes de dióxido de azufre son plantas de energía que queman carbón, así como volcanes y pantanos costeros. Los gases de azufre reaccionan con el oxígeno y el agua de lluvia para formar ácido sulfúrico. Aunque relativamente débil, la abundancia del ácido y sus efectos a largo plazo producen daños notables en la vegetación, los tejidos, las pinturas y las rocas.
Oxidación
La oxidación es otro tipo de intemperie químico que ocurre cuando el oxígeno se combina con otra sustancia y crea compuestos llamados óxidos. El óxido, por ejemplo, es óxido de hierro. Cuando las rocas, en particular las que contienen hierro, se exponen al aire y al agua, el hierro sufre oxidación, lo que puede debilitar las rocas y hacerlas desmoronarse.