Iphigeneia, en la mitología griega, hija mayor de Agamenón, rey de Micenas, y su esposa Clitemnestra. Su padre tuvo que sacrificarla a la diosa Artemisa para que la flota aquea, de la que era líder, pudiera ser liberada de la calma (o vientos contrarios) por los que Artemisa la detenía en Aulis y continuar su camino hacia el sitio de Troya.
Iphigeneia sirve como una figura clave en ciertas tragedias griegas: en el Agamenón de Esquilo, en la Electra de Sófocles, en la inacabada Ifigeneia de Eurípides en Aulis, y en su obra anterior Ifigeneia en Tauris, en la que fue salvada por Artemisa, que sustituyó una cola. Variantes de su historia se encuentran en autores posteriores. En algunas localidades fue identificada con Artemisa, y algunos escritores antiguos afirmaron que Ifigeneia era originalmente la diosa Hécate.
La historia de Iphigeneia también fue popular entre los dramaturgos europeos posteriores, proporcionando la trama de la Iphigénie de Racine y de la Iphigenie auf Tauris de Goethe. La obra de Racine fue la base de la ópera Iphigénie en Aulide de Gluck.