¿Por qué se produce?
En los países desarrollados, como el nuestro, los agentes más frecuentes son los virus, que llegan a producir hasta el 70 – 80% de todas las diarreas en la edad pediátrica, mientras que en los países en desarrollo, por el contrario, son los procesos bacterianos y parasitarios los que más frecuentemente causan este tipo de procesos.
Pero, incluso dentro del propio país, la causa de la diarrea puede variar dependiendo de la época estacional o de la edad del niño, de tal modo que las gastroenteritis víricas se encuentran más frecuentemente en los primeros años de la vida y en los meses de invierno y las de origen bacteriano, en los meses de verano y principio de otoño y en niños mayores o en edad escolar.
En nuestro hospital, con gran diferencia, la principal causa de diarrea aguda es la gastroenteritis aguda infecciosa, y de todas las infecciones las producidas por virus (rotavirus, como ya veremos) son las más frecuentes. Menos habitual es encontrarnos diarreas bacterianas, como las Salmonellas y Campylobacter, y parasitarias como las Giardias.
Las diarreas se pueden clasificar en dos grandes grupos, atendiendo al mecanismo de acción de los patógenos que las provocan:
1) Diarreas por malabsorción: aquellas en las que los virus o bacterias que las producen provocan una inflamación de la pared intestinal, lo que conduce a la malabsorción del agua y electrolitos, que son eliminados.
2) Diarreas secretoras: las bacterias implicadas elaboran toxinas que inducen la secreción activa de agua y electrolitos en el intestino delgado y grueso, lo que provoca pérdida de gran cantidad de agua y electrolitos.
Para diferenciar una diarrea de origen viral o bacteriano – lo cual puede modificar la actitud terapéutica- los pediatras utilizamos los siguientes parámetros clínicos: edad del niño, temperatura media, frecuencia de vómitos por día, días totales con vómitos y frecuencia de deposiciones por día.
· Las diarreas producidas por virus suelen ser líquidas, abundantes, frecuentemente inodoras, suelen contener poco moco y sangre, y se asocian habitualmente a vómitos (más de 4 por día) y febrícula o fiebre menor de 39º C.
Asimismo, los niños suelen ser de menor edad (frecuentemente por debajo de los 3 años) y la duración de los vómitos suele ser mayor (2 a 3 días). Como veremos, en las diarreas por rotavirus es habitual un proceso catarral de vías altas previo.
· Las diarreas producidas por bacterias suelen presentar fiebre más elevada (mayor a 39º C), mayor frecuencia de deposiciones por día (más de 5) y la presencia de moco y sangre en las heces es mayor. Las heces son más densas y los vómitos son menos frecuentes
No es infrecuente la diarrea aguda relacionada con otros focos de infección, principalmente en lactantes, por ejemplo las infecciones de orina u otitis medias.
Las diarreas crónicas pueden tener muchas causas que deben ser convenientemente evaluadas por el pediatra en cada caso concreto, como son la intolerancia a las proteínas de vaca, la intolerancia a la lactosa, el síndrome del colon o intestino irritable, colitis ulcerosa, etc…
¿Qué es una diarrea o gastroenteritis por «rotavirus»?
Dentro de la etiología viral, la gastroenteritis por rotavirus constituye la causa más frecuente de diarrea en niños de países desarrollados.
Los rotavirus pertenecen a la familia de los reoviridae, con siete grupos antigénicos distintos (A a G), siendo los virus del grupo A (con 2 serotipos diferentes) los que causan la diarrea infantil.
Se concentran el mayor número de casos por debajo de los 3 años, especialmente entre los 3 y los 12 meses y en los meses de invierno.
¿Cómo se contagian los niños?
La transmisión se produce por vía fecal-oral, especialmente en las manos contaminadas. Los rotavirus pueden encontrarse sobre los juguetes y otras superficies duras en guarderías, interviniendo en el mecanismo de transmisión.
La transmisión respiratoria también puede desempeñar un papel en la diseminación de la enfermedad, por lo que es frecuente la diseminación en familias, colegios, guarderías, ¡incluso en hospitales!, siendo la principal causa de gastroenteritis de niños ingresados (gastroenteritis nosocomial).
¿Cómo actúan los rotavirus?
El mecanismo de producción de la diarrea no se conoce con certeza, pero la presencia de una gran cantidad de virus en las vellosidades intestinales especialmente en los enterocitos más diferenciados de su extremidad, con una gran capacidad potencial de funciones, hace suponer que se producen alteraciones de la absorción y la fisiología normal, probablemente déficit en la síntesis de diversas enzimas, que serían la causa de la diarrea.
¿Qué manifestaciones clínicas provoca?
El período de incubación suele estar entre 1 a 3 días. Afecta principalmente a lactantes y niños menores de 2 años con un comienzo brusco de diarrea, vómitos, sensación de dolor abdominal y fiebre que no suele sobrepasar los 39º C. Las deposiciones generalmente son líquidas y abundantes, ocasionalmente con moco y algún hilito de sangre (siendo este el motivo que decide a muchos padres a consultar al pediatra).
La duración del cuadro suele estar entre los 2 a 6 días, y hasta en el 40 % de los casos coexiste un cuadro catarral, con mucosidades nasales y tos. De hecho, el contagio en escuelas infantiles es tan extendido que hasta en el 90 % de niños mayores de 3 años se encuentran anticuerpos frente a rotavirus.
¿Se puede prevenir?
Recientemente sabemos que la leche materna contiene unos compuestos (mucinas defensivas, como la lacthaderina) que previenen y protegen al niño lactado frente a este virus.
Existe una vacuna contra el rotavirus (comercializada por dos laboratorios farmacéuticos) que se administra en los primeros meses de vida y que ha demostrado capacidad para disminuir la probabilidad de contagio por esta infección.
¿Qué complicaciones puede tener la diarrea infantil?
Las complicaciones más frecuentes que pueden aparecer son la deshidratación (pérdida excesiva de agua y electrolitos), la hipoglucemia (bajadas en los niveles de glucosa en sangre, especialmente en lactantes pequeños) y la intolerancia transitoria a la lactosa (alteración de la pared intestinal que lleva consigo la destrucción de enzimas que hidrolizan la lactosa).
Más raramente pueden provocar complicaciones como un «síndrome post-gastroenteritis» con deposiciones líquido-pastosas durante unas semanas, convulsiones (especialmente en gastroenteritis bacterianas por shigellas) o excepcionalmente bacteriemias y sepsis que pueden ocasionar algunas salmonelosis (fiebres tifoideas).
El peligro de la diarrea es la deshidratación ya que el organismo del niño pierde demasiado líquido (agua y electrolitos).
Los signos de deshidratación en niños incluyen:
· Sequedad de boca y lengua con voracidad para el agua
· Falta de lágrimas en el llanto
· Pañales no humedecidos luego de 3 – 4 o más horas
· Abdomen, ojos y mejillas hundidos
· Fiebre alta
· Apatía o irritabilidad
· Piel que no se aplana al elevarla y soltarla: la piel está pastosa y al pellizcarla se queda marcado el pliegue
· En los lactantes pequeños la fontanela (parte superior de la cabeza que no tiene hueso) está deprimida
· El pulso puede ser rápido y débil y la piel estar fría (en deshidrataciones graves)
Para valorar cuanto se ha deshidratado un niño, la mejor forma de hacerlo es a través de la pérdida de peso que ha tenido desde el inicio de la diarrea, de manera que si un niño pequeño ha perdido menos de un 5 % de su peso tiene una deshidratación leve, si pierde de un 5 a un 10 % es moderada y si pierde más de un 10 % será una deshidratación severa.