La religión en el mundo griego antiguo era parte integral de la función social, y posiblemente de la supervivencia. Ya sea ciudadano, esclavo o liberto, alguna forma de actividad religiosa estaba disponible para cada individuo. Este privilegio se extendía también a los hetaira, cuya identidad en la sociedad griega podría equipararse a una cortesana o prostituta de clase alta. Hetairai ocupó una posición única debido a su inusual grado de agencia: eran ricos, exóticos y participaban en el mundo masculino. Este estudio explora cómo la considerable libertad de los hetairais influyó en sus actividades religiosas y, además, cómo su identidad social informó su percepción en el reino sagrado. Con demasiada frecuencia se exploran los hetairai a través de su identidad como artistas eróticos de hombres, y esta tesis intenta desviar la atención hacia sus intereses y esfuerzos privados. Aunque la identidad profesional de los hetairai influía en gran parte de sus actividades religiosas, actuaban en sus propios términos y en su propio interés. Consciente de su papel como artista y proveedor sexual, hetairai invirtió sus esfuerzos en mantener su éxito profesional. Examino la evidencia del culto religioso de los hetaira a través de los registros literarios y materiales. Considero diferentes vías de adoración, como la participación en festivales y la ofrenda de votivos, en gran medida dentro del contexto del culto a Afrodita. Las preocupaciones profesionales de Hetairais con la sexualidad, la belleza y el compañerismo se hacen claras a la luz de su adoración a Afrodita. Contrariamente a su representación general en la erudición moderna, las actividades religiosas de los hetairais no giraban simplemente en torno al sexo, sino también a otros factores que afectaban a su línea de trabajo.