Malasia no es un estado laico ni un país musulmán, es un país con el Islam como religión dominante.
El hermoso país de Malasia se encuentra en el sudeste asiático. Malasia se enorgullece de su sociedad multicultural y multiétnica. Personas de muchas religiones-el Islam, el Hinduismo, el Cristianismo, el Budismo y la gente china-viven juntos en relativa armonía. Más de la mitad de la población de Malasia practica el islam.
La constitución de Malasia fue redactada en 1957 y contiene lo que se considera una contradicción. Si bien el artículo 3 establece claramente que el islam es la religión del país, el artículo 11 del mismo documento constitucional otorga a todos los ciudadanos la libertad de practicar la religión de su elección. Por lo tanto, de acuerdo con la Constitución, a los residentes del país se les garantiza su libertad de religión.
La ley del país se ocupa de todos los asuntos civiles, pero los dictados personales (familiares) de los musulmanes se guían por la ley islámica. La mayoría de las fiestas y celebraciones musulmanas se celebran como fiestas estatales, pero otras fiestas religiosas como la Navidad, el Año Nuevo Chino y el Diwali también son fiestas estatales.
La mayoría musulmana del país goza de un sesgo positivo en lo que respecta a la vida social, los negocios, el trabajo, la educación y el empleo en oficinas públicas. Sin embargo, la riqueza económica de la sociedad malaya se concentra en gran medida en el grupo étnico chino. Sin embargo, la paridad de concentración de la riqueza entre los diversos grupos religiosos y étnicos es considerable.
Los clérigos musulmanes del país están muy a la defensiva de la religión y, aunque la conversión está legalmente permitida, causa mucha resistencia social y es un proceso traumático.
Las tensiones religiosas han surgido, una y otra vez, avivadas por los líderes islámicos y otras autoridades religiosas. La identidad religiosa también desempeña un papel importante en la política del país. Los líderes malayos están luchando por mantener un carácter secular, dada la creciente interacción con el mundo occidental.
La religión es un tema muy delicado en Malasia y los pequeños problemas, como los códigos de vestimenta de varias instituciones, a menudo causan mucha fricción.
Malasia es un país con una población mayoritariamente musulmana. La Constitución establece que se trata de una federación islámica, pero en la que toda persona es libre de practicar cualquier religión. Sin embargo, los no musulmanes suelen ser objeto de discriminación en la sociedad malaya.
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