El término levirato, del latín levir que significa hermano o cuñado del marido, se refiere al matrimonio entre una viuda y el hermano de su marido fallecido. Si un hombre casado moría sin un hijo, su hermano se casaba con la viuda. La práctica se refleja en tres textos del Antiguo Testamento: Gn 38.6-11, el Libro de Rut, y Dt 25.5–10.
El propósito de la ley en Deuteronomio era evitar la pérdida de la propiedad familiar por el matrimonio de la viuda fuera del clan. La ley se aplica únicamente al caso de los hermanos que han vivido juntos y trabajado en bienes comunes. El matrimonio de levirato aseguraría la emisión al difunto y pasaría la herencia al primogénito de la nueva unión. Más tarde, la ley del levirato se aplicaba solo si no nacía ningún niño, ya que las hijas podían heredar (Nm 27.8; 36.6–7). Si el cuñado se negaba a casarse, su cuñada se quitaba la sandalia públicamente y le escupía en la cara porque se negaba a construir la casa de su hermano (Dt 25.7-10). En Rut, en ausencia de un cuñado, otros parientes tenían el deber de casarse con la viuda en orden de cercanía de parentesco con ella. Tanto la viuda como el pariente pueden negarse a casarse en este caso sin vergüenza (Ru 3.10; 3.13).
En Mt 22.23-28; Mc 12.18–23; Lc 20.27–33, la pregunta hecha a Cristo sobre el matrimonio de una viuda con siete hermanos refleja la ley del levirato. Aunque no se encuentra en el Código de Hammurabi, la costumbre era conocida también entre los asirios y los hititas. Aquí la muerte durante el compromiso también hizo que la ley entrara en vigor .
Bibliografía: p. cruveilhier, «Le Lévirat chez les Hébreux et chez les Assyriens,» Revue biblique 34 (París, 1925) 524-546. m. burrows, «Levirate Marriage in Israel,» Journal of Biblical Literature 59 (Boston 1940) 23-33. r. de vaux, El Antiguo Israel, Su Vida e Instituciones, tr. j. mchugh (Nueva York, 1961) 37-38.