13.04.2017
Suena absurdo que un conejo ponga huevos en Pascua. ¿Cuál es el origen de este mito? ¿Para qué sirven las costumbres de Semana Santa?
DW: Señora Bürkert, ¿de dónde viene el conejito de Pascua?
Karin Bürkert: No lo puedo decir con toda seguridad, porque hay muchos mitos con respecto a la Pascua. En diversas regiones y en diferentes épocas, la gente se ha inventado mitos y leyendas para dar forma a ciertas fiestas y ritos.
La celebración de la Pascua es una simbiosis entre la resurrección cristiana y la festividad de la primavera antes de la era de Cristo. Nos encontramos símbolos muy relevantes, como la fertilidad, la vida y la luz. El huevo de Pascua representa la fertilidad, la perfección, la vida y la resurrección, pero también el conejo como símbolo fértil. Este encarna la capacidad de reproducción, la alegría de vivir y la curiosidad ante la vida.
Los huevos orgánicos se imponen
Huevos impresos en 3D para luchar contra el comercio de tortugas
¿Hay diferencias regionales con las costumbres?
El conejo de Pascua apareció por primera vez en las mismas regiones en las que apareció también el árbol de Navidad: en Alsacia, en la región del Palatinado y en el Rin del Norte. Son más bien zonas protestantes. Una teoría podría ser que tras la Reforma del siglo XVI, la Pascua se convirtió en una fiesta burguesa y no solo religiosa. Cada vez se dedicaba más tiempo a la educación de los niños, y el conejo de Pascua se introdujo como elemento mitológico que encajase en el aspecto educativo. En otras regiones fueron el gallo o la gallina, la cigüeña y el zorro.
¿Desde cuándo existe el mito con estos animales?
Los cuentos proceden de los siglos XVI y XVII. El hecho de que el conejo se haya impuesto como mito de la Pascua es un fenómeno del siglo XX y de la comercialización.
¿El conejo siempre estuvo relacionado con la celebración de la Pascua?
Las interpretaciones varían. En el arte cristiano existe «la representación de los tres conejos» de 1585. Pero también aparecen otros animales, por lo que no podemos decir que el conejo es el animal que se impuso para representar la Pascua. Los cuentos infantiles populares del siglo XX, como el clásico «La escuela de conejitos» de 1924 y la industria chocolatera, sí que propiciaron el auge del conejo.
Los niños en la actualidad buscan los huevos de colores, pero también de chocolate y otros productos dulces. ¿Desde cuándo se celebra la Pascua con dulces?
No hace mucho tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial, desde los años cincuenta la gente se podía permitir regalar chocolate a los niños. ¿Desde cuándo el huevo dejó de ser un tesoro? Durante mucho tiempo la gente se regalaba un huevo de verdad, pan, galletas en forma de ovejitas de Pascua. Eran nutritivos y lo suficientemente dulces.
Que un conejo ponga huevos resulta un tanto absurdo. ¿Qué tiene que ver un conejo con los huevos?
Nada. En muchos escritos se habla de que engañaban a los niños y a los tontos contándoles la historia de que el conejo ponía huevos de Pascua, con el fin de divertirse y de educar un poco a los niños. En el sentido de que ellos tenían que reflexionar sobre si lo contado era verdad o no. Por eso, se dice que es una costumbre urbana que también se adoptó en el campo, pero no al revés. A los niños del campo no se les podría haber dicho este tipo de historias.
La tradición del conejo de Pascua se difundió por todo el mundo. En Estados Unidos y Australia, el Easter Bunny esconde sus huevos. ¿Cómo explica su éxito?
Por la globalización y las diversas corrientes migratorias. La gente se ha llevado la historia siempre consigo. Claro, también por la publicidad y la industria que no conocen ni fronteras regionales ni estatales.
Nuestro departamento no estudia las costumbres relacionadas con su procedencia, nos parece bastante aburrido. Es más interesante investigar por qué algo es popular. ¿Qué hacen las familias y los niños con esas costumbres? Creo que siempre diría que estimulan la creatividad: pintar huevos e inventar juegos para comprender y dar sentido a las fiestas cristianas y a los cambios de estaciones del año. Un mito así ofrece muchas posibilidades: juegos, diversión y regalos. Regalar como forma de revivir las relaciones sociales.
La Dra. Karin Bürkert investiga e imparte clases en la Universidad de Tuebingen en el Instituto Ludwig-Uhland de Ciencias Culturales Empíricas.
Sabine Peschel (RMR/DZC)
El Cordero de Pascua en Alemania viene en forma de pastel. Esta costumbre se remonta al ritual judío de comer un cordero en estos días. El cristianismo asumió el simbolismo del cordero del sacrificio en persona de Jesús, que murió crucificado por la humanidad.
En Alemania, el domingo de Resurrección una libre trae huevos de Pascua, que se esconden en el jardín o cualquier parte la casa. Su búsqueda se convierte en una diversión para niños y adultos. Con cáscaras de huevo se adorna un arbolito. Esta práctica fue mencionada por primera vez en 1662. Una costumbre relacionada con la fertilidad y la exuberancia de la primavera.
A los polacos les gusta mojarse: lo hacen con cubos y pistolas de agua. Con «Smingus-Dyngus» se conmemora el bautismo, en el 966, del príncipe Mieszko I, que fue quien introdujo el cristianismo en Polonia.
La Semana Santa es una costumbre española y también muy extendida en América Latina. En muchas ciudades se realizan procesiones, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua. Algunos penitentes caminan descalzos y usan capiruchos puntiagudos y largas túnicas. La cruz, o una estatua de María o de Jesús, es llevada por las calles, de noche y de día.
Los británicos comen poco el Viernes Santo. Son tradicionales unos panecillos calientes llamados «Hot Cross Buns». Como el propio nombre indica, los panecillos van decorados con una crucecilla encima. Además, las ramas de los sauces son adornadas con coloridos huevos de Pascua .Para los ingleses, tocar los brotes trae buena suerte.
Ni en Italia ni en España se buscan huevos en Pascua, como hacen los alemanes o los suizos, pero tampoco estos aúpan imágenes de vírgenes cargadas en procesiones. Los italianos callan al paso de las imágenes. El domingo de Pascua se escucha el «Urbi et Orbi», el saludo papal en varios idiomas.
Mientras en Alemania se comen huevos de chocolate, los italianos disfrutan de la pastelería de Semana Santa: una torta con huevos cocidos y espinacas. También están la «Tarta di Pasquetta» y el dulce pastel de «Pascua de la paloma», una especie de torta en forma de anillo.
Los niños franceses buscan el lunes de Pascua huevos y dulces. Las campanas de las iglesias callan del jueves hasta el sábado. El repique de las campanas el domingo de Pascua es motivo para besos y abrazos.
En Finlandia se reparten suaves latigazos con una vara de abedul. Con esto se recuerda el recibimiento de Jesús a su entrada a Jerusalén. En Alemania se encienden fogatas.
En muchos países de Europa oriental, como Rumanía, Rusia o incluso Grecia, se celebra la Pascua ortodoxa. A los huevos pintados de rojo se les atribuyen poderes mágicos y traen, según los ortodoxos, salud y buena suerte.