Puerperio, el período de ajuste después del parto durante el cual el sistema reproductivo de la madre vuelve a su estado normal de pre-embarazo. Generalmente dura de seis a ocho semanas y termina con la primera ovulación y el regreso de la menstruación normal.
Los cambios puerperales comienzan casi inmediatamente después del parto, desencadenados por una fuerte caída en los niveles de estrógeno y progesterona producidos por la placenta durante el embarazo. El útero se encoge de nuevo a su tamaño normal y reanuda su posición prenatal a la sexta semana. Durante este proceso, llamado involución, se reduce el exceso de masa muscular del útero embarazada y se restablece el revestimiento del útero (endometrio), generalmente a la tercera semana. Mientras el útero vuelve a su condición normal, las mamas comienzan la lactancia. El calostro, una forma de leche rica en proteínas, se produce al segundo día después del nacimiento y se convierte gradualmente en leche materna normal, que tiene menos proteínas y más grasa, a mediados de la segunda semana.
Los principales problemas médicos asociados con el puerperio incluyen generalmente depresión leve y transitoria, resultante de la decepción emocional y la incomodidad asociada con los cambios puerperales; trastornos de coagulación, causados por la estasis sanguínea y prevenidos por un retorno temprano a la actividad normal; sangrado de una placenta retenida; y fiebre puerperal, una causa principal de muerte materna hasta el siglo XIX. Una combinación de medidas sanitarias mejoradas y antibióticos modernos ha reducido en gran medida la mortalidad asociada con la fiebre puerperal.