Por muchos años mis pastores y líderes con quienes me formé en la carrera cristiana me enseñaron a buscar la «Unción de Dios». Siempre oigo a uno que otra persona decir: «Al predicador ese le falta unción de Dios» o algunos oran diciendo: «Señor dame unción esta noche…» ¿Pero con qué relacionamos los creyentes cuando hablamos de la unción? Muchos cristianos piden unción a Dios, pero: ¿Saben lo que piden?, muy a menudo repetimos palabras de nuestros pastores y líderes pero muy pocos son los que realmente analizamos su significado. Debería ser una tarea de cada creyente conocer las palabras que pronunciamos antes de emitir opiniones. Cada cierto tiempo aparecen hombres que dicen que están «ungidos» por Dios y la gente se amontona tras ellos para escuchar lo que este supuesto ungido enseña, se hacen libros de sus predicaciones, se le tiene un respeto más que a Dios. Por eso es muy bueno investigar lo que nos enseñan o nos enseñaron.
Los orígenes de la unción vienen de una práctica de los pastores. Los piojos y otros insectos solían meterse en la lana de las ovejas, y cuando se acercaban la cabeza de la oveja, podían entrar a los oídos y matar al animal. Los pastores antiguos vertían aceite sobre la cabeza de la oveja. Así la lana se quedaba resbaladiza, casi imposible entonces para el insecto llegar a los oídos porque se caían. Desde entonces, la unción llegó a representar la bendición y la protección.
En el AT encontramos unas cuarenta veces el verbo «mashiaj» que significa «Ungir». El significado básico era en ese tiempo «untar» con aceite, se ungía a las personas y las cosas, como un acto de consagración, o separación para Dios, se ungían columnas o piedras (Génesis 28:18); el tabernáculo y sus muebles (Exodo 30:22ss); escudos (2 Samuel 1:21; Isaías 21:5); reyes (Jueces 9:8; 2 Samuel 2:4; 1 Reyes 1:34); sacerdotes (Exodo 28.41); profetas (1 Reyes 19:16). Este ungimiento era de una forma simbólica. La unción marcaba el comienzo de los diferentes oficios en la vida de las personas ungidas, dichas personas eran consagradas para ejercer su correspondiente oficio. Este derramamiento de aceite sobre la cabeza, indicaba que el Espíritu de Dios descendería sobre la persona ungida y la capacitaría para ejercer su oficio. Las palabras griegas del Nuevo Testamento de ungir son «crio» (Presente 5 veces Lucas 4:18, Hechos 4:27, Hechos 10:38, 2Corintios 1:21, Hebreos 1:9), que significa «manchar o frotar a alguien con aceite, con la implicación de consagrar para un oficio o el servicio religioso», y «aleifo» que significa «ungir». La palabra hebrea «Mesías» y su palabra equivalente en griego «Cristo» significan «el Ungido». Jesús fue ungido para ser Rey, Sacerdote y Profeta. La Biblia dice que Jesucristo fue ungido por Dios con el Espíritu Santo para compartir las Buenas Noticias y liberarnos del poder del pecado (Lucas 4:18-19, Hechos 10:38).
Hoy en día todos los cristianos somos ungidos, no necesitamos buscar la unción de Dios, hemos sido elegido para un propósito especifico en el desarrollo del Reino de Dios, tenemos la unción de Dios en nuestras vidas, notemos lo que declara Pablo en 2 Corintios 1:21: » el que nos ungió, es Dios, ….». Esto es en tiempo pasado, Dios nos ungió con su Espíritu Santo, esto no es un hecho que hay que esperar a experimentar en un tiempo futuro ni hay que buscarlo, si usted es un cristiano es un ungido de lo contrario tienes que nacer de nuevo. Lo mismo encontramos en 1 Juan 2:20,27 » Pero vosotros tenéis la unción del Santo»… «Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros»…. «la unción misma os enseña todas las cosas»
Jesús es la cabeza de la iglesia que es su cuerpo ¿cómo sería posible que sólo la cabeza esté ungida y no el cuerpo? Es muy interesante lo que nos ofrece San Agustín cuando escribe así: «…Pero no sólo ha sido ungida nuestra Cabeza (refiriéndose a Cristo), sino que también hemos sido ungidos nosotros, su Cuerpo…. Por ello, la unción es propia de todos los cristianos…» Otro caso sucede cuando vemos que Dios nos ha hecho Reyes y Sacerdotes (Apocalipsis 5:10; 1 Pedro 2:9) y ya vimos que en el A.T. se ungían a estar personas para iniciar su ministerio, nosotros somos constituidos en reyes y sacerdotes y ungidos al momento de recibir a Jesucristo como nuestro Señor.