La piel envejecida tiende a perder volumen a través de la cara, especialmente debajo de los ojos y en las mejillas, lo que puede hacer que toda la cara se vea delgada y hueca. Hay muchas soluciones estéticas para restaurar parte de este volumen, y una de las opciones que más atrae a los posibles pacientes es tomar grasa de otras partes del cuerpo e insertarla en la cara para crear una apariencia más juvenil.
El aspecto más problemático de la cirugía de transferencia de grasa siempre ha sido garantizar que las células grasas sobrevivan. Solo inyectar las células con una aguja conduce a una tasa de supervivencia de células grasas muy baja. Pero a través de la recolección cuidadosa de las células de grasa, la limpieza antes del trasplante y el uso de un método avanzado de inyección, se pueden lograr tasas significativas de supervivencia de las células de grasa, hasta un 50%.
La transferencia de grasa a la cara es efectiva para reemplazar la grasa perdida y es muy buena para rellenar pliegues y arrugas faciales profundos. Además, puede ser útil para remodelar áreas de la cara con el fin de mejorar o restaurar el equilibrio facial. Las áreas más móviles de la cara, como el labio superior y los propios labios, responden mal a la transferencia de grasa, porque inmediatamente después de la operación, las células de grasa tienen que unirse a los tejidos circundantes para establecer un suministro de sangre saludable. En áreas móviles como alrededor de la boca, la supervivencia de las células grasas puede ser tan baja como el 20%. Sin embargo, esta es la excepción a la regla, y en la mayoría de las áreas de la cara es posible lograr una toma del 50%, lo que significa que la mitad de la grasa inyectada en el área de tratamiento sobrevivirá permanentemente.