Nos has hecho caso y has decidido tener más y mejor sexo para este 2017. Te dijimos tres posturas idóneas para que tu chica disfrutase mucho más tiempo, pero ya las has probado. Son tan eficaces que ahora ella te pide más. Bien, no te preocupes. Sabíamos que esto pasaría, por eso tenemos preparadas otras tres. Ninguna es mejor que otra, pero las de este artículo te van a encantar. Además de hacerla gozar al máximo, tendrás unas vistas estupendas mientras le haces el amor. ¿Sabes por qué? Porque son ‘traseras’.
Ojo, no hablamos de sexo anal, sino de vaginal por detrás. Tendrás su trasero a la vista y será muy excitante para ti. Son posturas sexuales con las que estimularás su punto g de forma profunda. Son solo para expertos, pues, a diferencia de otras, aquí tendrás que esforzarte en estimular manualmente su clítoris mientras la penetras. También puede hacerlo ella, ¿pero qué haces con tus manos si no? No seas vago y pasa al siguiente nivel en materia coital.
Tendrás su trasero a la vista y será muy excitante para ti. Son posturas sexuales con las que estimularás su punto g de forma profunda
Tienes que evolucionar y mantener el listón tan alto como últimamente. No querrás que ella se decepcione o se aburra de ti y del sexo que le ofreces. Toma nota:
1) La cucharita profunda
Conoces la clásica cucharita. De hecho, a veces duermes así con tu pareja. Pero ahora, una vez que leas esto, querrás hacer de todo menos dormir cuando la abraces por la espalda. Se trata de una postura que, aunque se parece a la del ‘perrito’, nada tiene que ver. Tu pene alcanza una profundidad tal que ella gritará, aunque nunca lo haga.
Vamos con la técnica. Ambos estáis tumbados de costado, tú detrás de ella. Levántale la pierna más cercana a ti y penétrala por la vagina desde atrás. El contacto cuerpo a cuerpo aumentará la excitación de ambos. Con esta postura tienes fácil acceso a su clítoris y a sus pechos, que puedes estimular mientras le haces el amor.
2) Perrito 3.0
Al leer ‘perrito’ pensarás que lo sabes todo, pero no es así. Esta es una versión mejorada del clásico ‘a cuatro patas’ de toda la vida. La diferencia radica en el ángulo de las caderas de la chica. En el ‘perrito 3.0’ ella no tiene las piernas en ángulo recto, sino que sus extremidades forman un ángulo de 140 grados. Las rodillas están a la altura de las del hombre, cuya espalda se encuentra erguida durante la penetración.
La cara de ella debe estar pegada a la cama, mientras pone su trasero en pompa para facilitar el acceso del pene. Si eres de los que duran, coge una almohada para que ella puede apoyar su pecho sobre él y no se le cansen los brazos. Tú, el hombre, puedes aumentar la intensidad del coito si la agarras de las caderas y el trasero para darle empuje con más intensidad. Tendrás que estimularle el clítoris con una de las manos, ya que ella no tendrá fácil el acceso a su vagina con esta postura.
Hazlo con la postura de la ‘cucharita profunda’. Tu pene alcanzará una profundidad tal que ella no parará de gritar, aunque nunca lo haga
A pesar de que el ‘perrito 3.0’ y su versión clásica son muy placenteras y cómodas, en realidad las practican muy pocas parejas. Según el último estudio de la National Survey of Family Growth, apenas el 44% de los hombres y solo un 36% de las mujeres reconoció haber probado esta posición al menos una vez. Aunque las han probado pocos, según una encuesta realizada por ‘Women’s Health’, es la preferida de la mayoría de los varones, muy por delante de otras clásicas como el misionero. Así que ya sabes, a practicar, que la vida son dos días.
3) La carretilla
Esta requiere un poco más de esfuerzo, pero es muy cómoda. Se parece al ‘perrito 3.0’ pero no es igual. De hecho, no estimula las mismas zonas ni el pene nota la misma presión. Tú, el hombre, tendrás una vista privilegiada, a la vez que ejercitarás los brazos al tener que mantener en suspenso sus extremidades.
Ella debe estar boca abajo tumbada en la cama, mientras tú le coges las piernas y las elevas a la altura de tus caderas mientras la penetras desde atrás. Y, lo de siempre, puedes usar las manos para conocer otros montes femeninos, o darle cachetes.
¡Suerte y feliz orgasmo!