¿Cómo puede mi alimentación ayudar a prevenir o tratar la NAFLD y la NASH?
Si usted no tiene NAFLD o NASH, puede prevenir estas enfermedades con una dieta saludable, limitando el tamaño de las porciones y manteniendo un peso saludable.
Si usted tiene NAFLD o NASH, el médico puede recomendarle que baje de peso gradualmente si usted tiene sobrepeso u obesidad.
El médico le puede sugerir que limite el consumo de grasas para ayudar a prevenir o tratar la NAFLD o la NASH. Las grasas son altas en calorías y aumentan su probabilidad de volverse obeso. Las siguientes son cuatro tipos de grasas:
- grasas saturadas, que se encuentran en la carne, la piel o pellejo del pollo y demás aves, la mantequilla, la manteca de cerdo, las grasas vegetales y la leche y sus derivados, excepto las versiones descremadas (sin grasa).
- grasas trans, que se encuentran en los alimentos cuya etiqueta dice que tienen aceite hidrogenado o parcialmente hidrogenado, como las galletas y refrigerios en paquetes, las galletas y pasteles horneadas comercialmente, y los alimentos fritos como donuts y papas a la francesa.
- grasas monoinsaturadas, que se encuentran en los aceites de oliva, de maní y de canola.
- grasas poliinsaturadas, que se encuentran en mayor cantidad en los aceites de maíz, de soya y de cártamo, y en muchos tipos de nueces. Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada y se encuentran en los pescados grasos como el salmón, además de las nueces y el aceite de linaza.
La sustitución de las grasas saturadas y las grasas trans en la dieta por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, especialmente los ácidos grasos omega-3, puede reducir su probabilidad de desarrollar enfermedades del corazón si usted tiene NAFLD.
El médico le puede sugerir otros cambios en la dieta para ayudar a tratar la NAFLD y la NASH:
- Consuma más alimentos con un índice glucémico (o glicémico) bajo, como la mayoría de las frutas, verduras y granos enteros. Estos alimentos afectan menos la glucosa en la sangre que los alimentos de alto índice glucémico, como el pan blanco, el arroz blanco y las papas.
- Evite los alimentos y bebidas con grandes cantidades de azúcares simples, especialmente la fructosa. Este azúcar se encuentra en las bebidas deportivas, los refrescos, jugos de frutas y té azucarados.
- Evite el consumo excesivo de alcohol, que puede dañar el hígado. Los expertos definen el consumo excesivo de alcohol en los hombres como más de 4 tragos al día o más de 14 a la semana, y en las mujeres como más de 3 tragos al día o más de 7 a la semana.10