Quilo

Una fístula quilo se produce cuando el(los) defecto(s) del vaso (s) linfático (s) provoca una fuga de líquido linfático, que normalmente se acumula en las cavidades torácica (pleural) o abdominal (peritoneal), lo que lleva a un derrame pleural quiloso (quilotórax) o ascitis quilosa, respectivamente.

El diagnóstico de una fístula quilo se puede lograr mediante el análisis del líquido pleural/peritoneal. Identificar la fuente (localizar el defecto linfático) a menudo es difícil, pero se puede lograr con la linfangiografía, que a veces se asocia con un efecto terapéutico fortuito (resolución de la fuga), que se cree que es secundario a un efecto esclerosante del contraste linfangiográfico.

Debido a la extrema friabilidad de los vasos linfáticos, la reparación directa de defectos no es práctica. Por lo tanto, el tratamiento de las fístulas quilo depende de la disminución de la producción de líquido linfático para permitir la curación de los defectos linfáticos o la desviación permanente del líquido linfático de los defectos linfáticos. La disminución de la producción de líquido linfático se puede lograr mediante la restricción dietética (o el reemplazo completo de la ingesta oral con nutrición parenteral total), así como con los medicamentos octreotida (un análogo sintético de la hormona somatostatina) y orlistat (un inhibidor de la lipasa que disminuye la absorción de grasas dietéticas). La desviación permanente de líquido linfático se puede lograr mediante embolización del conducto torácico (un procedimiento basado en agujas para ocluir el conducto depositando pegamento/material embólico en él) o mediante ligadura del conducto torácico (un procedimiento quirúrgico abierto para ocluir el conducto mediante sutura apretada alrededor de él).

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